En el arte de la guerra, el guerrero supremo derrota a sus enemigos sin luchar…eso es porque lucha constantemente contra su único real enemigo: su enemigo interior. A ese, que nos lleva al desgano, a la cobardía, la envidia, a ese hay que derrotarlo todos los días a pura fuerza de voluntad y puro KI (energía interior). Los que con suerte lo logren, algún día, serán llamados “Maestros”.
SunTzu
CONTENIDO
Introducción.
La Práctica del Karate en el Niño.
Aplicación de los Valores de las Artes Marciales en el Contexto Social.
Beneficios que Aporta el Karate en los Niños.
Trabajando con el Cuerpo.
El Karate en la Competición Infantil.
Actitud del Maestro.
Conclusión Final.
Bibliografía.
INTRODUCCIÓN
Este trabajo está orientado a demostrar los distintos valores y habilidades que se derivan del karate en los niños para ser aplicados a la vida.
Para ello, resulta oportuno incentivar a que se practique este arte marcial desde la niñez y hacer conocer a los padres los beneficios personales que este arte, aporta a sus hijos, haciendo foco en los valores que representa: ser responsables, cooperar con otros niños, ser disciplinados y cuidadosos con su propio cuerpo y con el de sus compañeros como así también el desarrollo de las capacidades volitivas y coordinativas y la canalización de sus sentimientos. Es decir, al entender al karate como un canal de transmisión de valores sociales que puede ofrecer una experiencia formativa interesante y desafiante, se los incluirá, se les abrirá puertas a nuevos conocimientos y a la posibilidad de integrarse al mundo desde sus deseos, intereses y posibilidades, trabajando duro en el camino de crecer como una persona fuerte pero tranquila, capaz de resolver sus conflictos sanamente.
Este aprendizaje, especialmente en los niños, adquiere una importancia fundamental, brindando recursos técnicos, conductuales y físicos para su progreso y desarrollo de cuerpo y mente.
El vínculo pedagógico que se establece entre el niño y quien representa el saber y el ejemplo a seguir, aún pletórico de misticismo inocente, permite interiorizarnos en las estructuras comunes de sus mundos y reconocer en cada uno las particularidades de sus modos de vidas, sus rasgos singulares, sus aspiraciones y como interactúan frente a sus pares a través de sus aportes a la tarea compartida.
Las primeras valoraciones sobre la realidad social del niño y sobre su propio yo, permiten la acción temprana del refuerzo de valores básicos de conducta: honestidad, integridad, disciplina, puntualidad, lealtad, justicia, solidaridad, respeto, tolerancia y perseverancia entre otras.
Al establecer normas en torno a la convivencia con pares y en función de la asignación de tareas en común vinculadas a su propio desarrollo, nos permite llevar adelante proyectos compartidos, de distribución de responsabilidades, a la inmersión en la diversidad cultural y social, y a las primeras conceptualizaciones sobre derechos y deberes de cada uno.
El karate es una filosofía de vida, entender sus valores es descubrir las virtudes del camino a transitar, un largo camino para superarnos y mejorarnos a nosotros mismos.
LA PRÁCTICA DEL KARATE EN EL NIÑO
El karate puede ser practicado por niños y niñas a partir de los 4 años de edad, cuando su aparato locomotor se ha desarrollado suficientemente y sus capacidades volitivas, las vinculadas a la voluntad, ya demuestran cierto control consciente en su comportamiento social que les indica hasta dónde pueden llegar.
La práctica del karate estimula al niño a ir más allá de sus propias limitaciones y a alcanzar sus metas. Permite que éste ejercite la concentración, creando hábitos que le ayudarán en sus estudios y en el trabajo. El niño se vuelve más comprensivo con respecto a los demás y crea actitudes positivas frente a la sociedad.
Otro beneficio de la práctica del karate es la confianza y la seguridad que aporta en el niño, que se siente más seguro de sus posibilidades.
Su práctica también lo ayudará a mantenerse en forma, proporcionará a su cuerpo flexibilidad, estímulos, reflejos y ciertos patrones posturales que mejorarán su estado físico y que favorecerán su desarrollo.
La actividad escolar se verá mejorada con la práctica de este deporte, ya que el desarrollo de la concentración es un bien necesario para cumplir con muchos de los ejercicios propios del karate, es decir el efecto de transferencia a lo que está estudiando.
Cuando la práctica es continuada e ininterrumpida, el practicante goza de una mayor confianza en sí mismo y asume el hábito de que cada situación de la vida debe hacerse con un determinado espíritu y una actitud positiva, lo que favorece enormemente la consecución de los objetivos deseados.
Algunas experiencias en el ámbito escolar han demostrado que algunos niños en situación de fracaso escolar han recuperado la confianza en su capacidad de aprendizaje tras empezar la práctica de karate, ya que deben esforzarse constantemente en el tatami.
Las actividades susceptibles de transferencia y por lo tanto de ser aplicadas, en el ámbito escolar, son:
desarrollo el sentido propiomotriz, equilibrio y del tacto
control de la agresividad
aumento de la responsabilidad
desarrollo las habilidades motrices básicas
mejora de la condición física
evaluación del riesgo inherente de la acción a realizar
aumento de la seguridad en sí mismo
adecuación constante de los esquemas de percepción, decisión y ejecución
educación integral del individuo y desarrollo armónico de su personalidad
liberación del estrés
se aprende a aceptar normas grupales, convivir en la diferencia y respetar al resto de los compañeros.
El karate brinda un permanente perfeccionamiento, renovando los esfuerzos para aumentar los conocimientos y las técnicas. Esta corriente educativa pretende desarrollar al máximo las capacidades motrices de la persona.
Para que el desarrollo se produzca de forma equilibrada, es fundamental que la coordinación se trabaje de forma adecuada y en las etapas sensibles de crecimiento.
La práctica de las primeras posiciones es una excelente aproximación a la coordinación motora. Los más pequeños adquieren inmediatamente los principios de lateralidad corporal (delante, atrás, derecha, izquierda).
Las diferentes posiciones que adopta el cuerpo durante el entrenamiento, estimulan la percepción del centro de gravedad, de la fuerza del movimiento propio, del poder de un golpe, del dominio técnico y táctico que implica no hacer daño al adversario, etc.
El alumno adquiere paso a paso los recursos para dar respuesta motriz a las situaciones que se le plantean en un combate como ser la velocidad de reacción, los desplazamiento, la anticipación a las acciones del oponente, la rectificación en el último momento, la precisión para dar las patadas, el equilibrio para permanecer estable después de cualquier movimiento. El desarrollo de su esquema corporal y la coordinación, serán el factor clave de su aprendizaje.
A partir de los 8 años hasta los 12 o 13 años, el niño atraviesa la edad ideal para desarrollar la coordinación general y comenzar la específica. A este período se lo llama “Edad de Oro”.
Con las técnicas de combate, los niños aprenden fundamentos básicos de disciplina. No sólo se familiarizan con los movimientos y habilidades, sino que también adquieren una serie de reglas de conducta que son imprescindibles para desarrollar este tipo de entrenamiento de forma efectiva y eficiente.
La salud es uno de los pilares fundamentales de las artes marciales, dado que cuando se ejercita alguna modalidad, los músculos se estiran y se adquiere una mayor flexibilidad, se trabaja el sistema cardiovascular y se favorece una respiración adecuada.
Por otro lado, los niños aprenden a entender el concepto de autodisciplina y a concentrarse en una tarea específica hasta terminarla. De todo esto, se puede deducir que el karate es uno de los deportes más completos que existen, ya que educa íntegramente a la persona en todos sus aspectos, externos e internos. Asimismo, constituye uno de los mejores métodos de defensa personal.
El karate posee especificidades como los kata, los combates convencionales y los rituales de saludo que no se encuentran en otros deportes.
Estas especificidades técnicas, y también las psicoafectivas, facilitan la transmisión de los valores educativos que ayudan al niño, por ejemplo, a dominar su agresividad o su timidez y a mejorar sus relaciones con los demás.
APLICACIÓN DE LOS VALORES DE LAS ARTES MARCIALES EN EL CONTEXTO SOCIAL
Generalmente los distintos contextos sociales en los que los niños se mueven son la familia, la escuela, las actividades extra-escolares, las amistades y en cada uno de estos contextos los valores sociales se deben dar por parte de sus miembros. Sin embargo, en todos los contextos existen una serie de problemas y estos valores no se aplican, por lo que se podrían solucionar con una educación en valores a través de la práctica del karate.
El niño violento que comienza karate, sabe que no puede serlo con los compañeros. En el dojo son todos iguales y se inculca el respeto aprendido en cada práctica como actitudes de autodominio, rectitud, bondad, modestia, cortesía entre otras. En este caso, es conveniente enunciar algunos puntos de interés para aplicar en el dojo como objetivos generales para que los alumnos alcancen ciertos niveles de comportamientos, actitudes y grados de responsabilidad personal y social que se irán ejerciendo paulatinamente. Entre ellos, mencionamos:
el respeto por los derechos y sentimientos de los demás: se trata de resaltar los valores de autocontrol y resolución de conflictos. El objetivo es crear un clima adecuado para que todos puedan trabajar sin miedo a equivocarse, libre de amenazas o burlas.
la participación y el esfuerzo: el alumno debe percatarse que para conseguir algo es necesario esforzarse y sacrificarse. El objetivo es motivar al niño para que trate de superarse a sí mismo y no superar a los demás.
la autogestión: se trata de hacer trabajar a los niños sin la supervisión directa del maestro, y es por ello que empezarán a desarrollar valores como la responsabilidad, a ser independientes. El objetivo es trabajar de forma autónoma, y esta meta será una consecución deportiva pero también de comportamiento.
la ayuda: es donde el alumno una vez dominada la tarea y comportamientos ya indicados, pasa a ayudar a los compañeros. El objetivo es superar comportamientos egocéntricos a la vez que desarrollan capacidad de liderazgo. En este nivel, desarrollaremos el compromiso moral de los chicos, entendiendo como moralidad la capacidad para considerar el bienestar de otras personas.
fuera del dojo: es donde buscamos una transferencia de los valores conseguidos dentro del dojo, al resto de los contextos en los que se muevan los alumnos, como su casa, la escuela y amistades.
Para llevar a cabo todos estos objetivos específicos, que se irán desarrollando con el tiempo, es importante seguir con una estructura de “toma de conciencia” que se inicia al principio de la clase donde se explica a los alumnos que es lo que se va a realizar y cuales son las metas a alcanzar. Estamos ante una práctica deportiva muy aprovechable desde un punto de vista educativo.
BENEFICIOS QUE APORTA EL KARATE EN LOS NIÑOS
Desarrollo Físico Y Psicomotor
En los planos físico y fisiológico, con la práctica del karate se desarrollan los dos principales metabolismos energéticos que deben favorecerse antes de la adolescencia (aerobia y anaerobia láctica), pero también la flexibilidad, la fuerza muscular y el equilibrio.
El refuerzo de los procesos aeróbicos o resistencia ocurren durante la clase en la sucesión de situaciones de aprendizaje encadenadas o la repetición de los katas con un ritmo regular con posiciones cortas desarrollarán las cualidades de resistencia cardiovascular y muscular. Los procesos anaeróbico láctico que permiten las acciones de velocidad de ejecución y se corresponden con esfuerzos cortos y rápidos, se desarrollarán en situaciones de combates, codificados o no, y en situaciones de repetición de técnicas adquiridas.
La flexibilidad: se adquiere o se desarrolla con ejercicios de calentamiento específicos, pero también con la búsqueda de la amplitud articular y la relajación. Es importante no forzar los estiramientos para evitar las contracciones bruscas propias del reflejo miotático.
El entrenamiento de la fuerza en edades tempranas se realiza sin sobrecargas. Su calidad muscular futura depende en parte de las actividades deportivas practicadas desde su infancia.
El equilibrio es la capacidad coordinativa que más evolucionará entre los 6 y 12 años. Indispensable para desplazamientos veloces, y ejecutar técnicas de piernas, ésta se adquiere progresivamente a partir de trabajos específicos.
En el aspecto psicomotor, que implica al mismo tiempo aspectos físicos y psicológicos, el karate desarrolla diferentes capacidades indispensables como:
la coordinación general en las técnicas, desplazamientos, encadenamientos de distintas posiciones específicas, etc.
la disociación de los miembros que lo llevará a ser capaz de actuar de forma distinta,pero simultánea con sus brazos y piernas.
la percepción del esquema corporal donde le permite al niño sentir mejor su cuerpo y gestionar mejor sus acciones. Le permite dominar su cuerpo y posición.
la lateralidad que contribuye en el niño a acelerar el reconocimiento de la derecha y la izquierda. Esta aptitud es importante en todos los aprendizajes como ser en la lectura y la escritura.
la estructuración espacial ayuda al niño a situarse en el espacio que lo rodea y a moverse en él.
En el aprendizaje de los katas y la práctica de las situaciones de combate aceleran, al igual que la lateralidad, la adquisición de importantes referencias que posteriormente se integran originando una concepción del espacio estructurado en los planos perceptivos y representativos.
Dentro de una perspectiva estructural y teniendo en cuenta las dimensiones del espacio se irá trabajando las diferentes direcciones y sentidos, diferentes distancias, diferentes trayectorias,diferentes alturas, diferentes formas y figuras. En esta última dimensión, en una primera etapa, también el niño enriquecerá el tratamiento de las formas básicas del movimiento y posteriormente le servirá como fundamento para el aprendizaje de las técnicas específicas del karate.
El Ritmo como estructuración temporal donde la adecuada percepción del tiempo es impulsada con el aprendizaje de los katas (cambios, ajustes y silencios rítmicos para su ejecución), al igual que en las situaciones libres o codificadas de un combate (estimación del tiempo en relación a conductas motoras) donde el niño puede seguir cierta cadencia, acelerarlo o disminuirlo, pero también actuar o reaccionar en función de los diferentes ritmos propuestos por sus compañeros. Observamos como el ritmo funciona como elemento integrador en esta estructuración y a partir de allí podemos enunciar algunas características:
posibilita un mayor ajuste y coordinación en las acciones motrices
facilita el reconocimiento de la mecánica del movimiento
refuerza la memoria motriz
facilita la determinación de la calidad del movimiento
determina el juego de descargas de energía y el equilibrio necesario entre la contracción y la descontracción
la precisión de los gestos se desarrolla cuando se pide al niño que toque uno u otro blanco con el pie, el puño, el codo o la rodilla.
Se trabajará también las competencias de habilidad gestual relacionadas con el dominio del esquema corporal. En esta área,el maestro creará situaciones de aprendizaje que contribuyan a la elaboración de ese esquema corporal, permitiendo una estructuración del mismo, con cierta disponibilidad y sujeto a un permanente ajuste y reelaboración.
La memoria intelectual se ve favorecida con el nombre de las técnicas expresadas en japonés, el nombre y el desarrollo de los katas que debe conocer para ejecutarlos bien. Pero también se ven favorecidas la memoria motriz y la de las sensaciones, que lo ayudarán a automatizar y coordinar los gestos.
La estructuración objetal, el niño establece relaciones con su entorno, al tiempo que con los objetos y las cosas que hay a su alrededor. Son estas relaciones las que le permiten ir captando, progresivamente las características de los elementos para trascender el plano de lo meramente motor.
Es aquí donde el niño podrá adquirir beneficios del hojo undo o kigu undo siendo una parte esencial de una educación en karate que se irá desarrollando a lo largo de un extenso período de tiempo para adquirir sus beneficios en el entrenamiento. El maestro instrumentará una exploración global de las posibilidades en la utilización de cada objeto adaptado a ellos para su seguridad. Posteriormente esta exploración permitirá y enriquecerá el desarrollo de las formas básicas concluyendo en el dominio del objeto.
Este proceso de formación estará acompañado simultáneamente por las formas construidas que permitirán lograr un trabajo más completo en el entrenamiento.
Desarrollo Cognitivo
En el aspecto cognitivo,en las relaciones físicas y psicológicas del niño con su entorno, la práctica del karate aporta importantes beneficios:
el control de las acciones donde el niño pondrá de su parte para lograr un dominio progresivo de su cuerpo y aprenderá a gestionar mejor él mismo en la acción, y así podrá expresarse plenamente y con seguridad con sus compañeros.
el control de las emociones donde el niño a partir de la práctica ritualizada del karate con los saludos y las situaciones definidas lo llevarán a enfrentarse a sus emociones diferentes de aprendizaje y perfeccionamiento para controlarlas progresivamente. Durante la clase el niño aprende a moderar su comportamiento, a controlarse y a concentrarse para pensar en sus movimientos desarrollando seguridad en ellos, ya que liberan sus tensiones, vencen sus miedos y su timidez.
TRABAJANDO CON EL CUERPO
Especificidad e Interacción en el Área del Trabajo Corporal
La psicomotricidad interviene acompañando al sujeto, en un perfil que le es propio y se estructura desde lo vincular y afectivo.
Cuando se habla de abordaje corporal, partimos de una concepción piagetiana, cuyos postulados demuestran que el niño llega a conceptualizar el mundo a partir de sus experiencias motrices en el espacio, tiempo, su vivencia de los objetos y su cuerpo mismo, significando a la actividad motriz como una actividad necesaria para el desarrollo de la inteligencia.
A partir de trabajar con sus posibilidades, y no con sus carencias, podrá ir afirmando sus facultades de crear, y recrear situaciones nuevas, y es allí donde se produce el hecho educativo recíproco y dinámico.
Esquema Corporal e Identidad
No hay desarrollo del modelo postural del cuerpo que se deba tan sólo a factores internos sino que hay un proceso de maduración. Pero tampoco hay que creer que la maduración es un desarrollo mecánico. El desarrollo recibe la guía de la experiencia, de la prueba y el error, del esfuerzo y la tentativa. La estimulación de estas capacidades deberá realizarse respetando los estadíos evolutivos por lo que atraviesa el niño para garantizar el logro de una correcta formación en este aspecto.
Algunas características de los niños entre 4 y 5 años respecto a su motricidad son:
a los 4 años el niño puede saltar sobre un pie, dibuja objetos, se lava y se seca la cara, juega en grupos, conoce a las personas y objetos de su mundo con el nombre correcto. En su motricidad, los progresos anteriores se confirman y perfeccionan. La imagen que tiene de su cuerpo se vuelve más objetiva. Interioriza y expresa de manera más precisa las variaciones rítmicas del medio ambiente.
a los 5 años el niño puede saltar alternativamente sobre cada pie, cuenta, dibuja, pinta, pregunta por qué, se viste sin ayuda, pregunta el significado de las palabras, reconoce la existencia de diferentes idiomas, pueden iniciarse en su aprendizaje y uso. En su motricidad, se hace más resistente. Su curiosidad intelectual encuentra campo para ejercerse en el dominio motor. Se muestra inventivo y audaz. Sabe jugar con los demás, acepta e inventa reglas de juego. Su destreza, su buena coordinación oculo-manual y sus capacidades de anticipación, le permite triunfar en actividades complejas y delicadas. Comienza a esforzarse el carácter que reemplaza a las respuestas temperamentales.
Preparación Física
Es el momento en que los chicos se distienden, en que juegan y en que descargan sus energías a través del movimiento.
La situación del juego en la clase, constituye un puente que le permite transitar de un mundo más inmediato y el que aún no se diferencia (núcleo familiar), al mundo que le es ofrecido (dojo), estructurando normas, pautas, acuerdos tácitos, etc., pasando por el propio cuerpo donde descubre lo que puede y lo que no puede, los límites que las cosas le imponen, las posibilidades que ofrecen la audacia o la paciencia para conseguir algo.
También en estos programas, se desarrollan habilidades psicomotrices, como el equilibrio, el control o la coordinación, siempre enfocando las clases en forma de juego para que no resulten tan engorrosas.
La educación física se inserta en el proceso educativo como un medio para favorecer los aprendizajes propios de la edad. Se apoya en el concepto de salud y se propone el logro de una adecuada capacidad motora, su formación física y la adquisición de destrezas y habilidades propias de la edad, prestigiando en este proceso las vivencias corporales y motrices con sus connotaciones socio-afectivas e intelectuales.
El maestro deberá conducir al niño al descubrimiento de sus propias potencialidades y al conocimiento, vivencia y valorización de su cuerpo, desarrollando actitudes positivas por el cuidado de su salud. Además, procurará estimular el gusto por la actividad física, la experiencia placentera del juego con los objetos, consigo mismo y con los otros niños.
Es deseable que los niños a través de la actividad física aprendan a compartir y trabajar cooperativamente, tengan una actitud activa, puedan rectificar errores, desarrollen su capacidad creativa y comunicativa, creen formas personales de respuestas motoras, estructuren paulatinamente su esquema corporal, desarrollen su coordinación viso-motora a través de la exploración de los objetos y sus posibilidades, logren un paulatino control del cuerpo en equilibrio estático y dinámico, experimenten las relaciones espacio-temporales a través del movimiento.
Cada maestro planificará su acción educativa teniendo en cuenta las características del lugar, del grupo y de cada niño en particular. Este será el punto de partida para la selección de objetos y contenidos que orientarán el proceso de enseñanza.
La educación física apunta a objetivos de aprendizaje, no se disocia del esfuerzo, que en ocasiones, es desafío y produce placer, ni de la finalidad que va alcanzando el niño hasta traducirse en un trabajo placentero porque es creativo y se hace con otros. Contribuye a la formación integral de los niños propiciando de modo intencionado y sistemático, la construcción de saberes corporales, motrices, lúdicos y relacionales con la finalidad de enriquecer la relación del sujeto consigo mismos y con los otros, en un determinado contexto socio-cultural.
El juego con sus aspectos placenteros, el movimiento y la intencionalidad educativa en la educación física, son eslabones que apuntan al niño como esa persona total, única y diferenciada que queremos ayudar a crecer y a integrarse en el mundo siempre cambiante que lo rodea.
Esta intervención pedagógica incide en la dimensión corporal y motriz del sujeto con la intencionalidad de:
favorecer un mejor registro y conocimiento del propio cuerpo para la construcción de su corporeidad
el enriquecimiento de sus posibilidades motrices propiciando hábitos y actitudes de cuidado en sí mismos y de los otros
promover experiencias corporales / motrices que incidan en la constitución del vínculo con los otros
el disfrute en las tareas y juegos junto a sus pares y maestros
el despliegue de su creatividad y expresividad
la exploración, el descubrimiento, la preservación y el cuidado del ambiente
el desenvolvimiento con progresiva autonomía y confianza en sí mismo
La modalidad en que se lleve a cabo la práctica debe ser esencialmente lúdica, en el sentido de promover una interacción flexible y abierta entre los niños.
Juego, Creatividad y Educación en el Dojo
Bien sabemos que el juego es el modo de expresión privilegiado en el niño y que a partir del juego creador se favorece su desarrollo.
El juego ayuda a los participantes a lograr una confianza en sí mismos y en sus capacidades; induce a desarrollar percepciones acerca de otras personas y a comprender las demandas en los dos sentidos de expectación y tolerancia. Existe oportunidad para exploración de conceptos como el de la libertad y conducen con el tiempo a proporcionar vías de paso hacia el desarrollo de la independencia; brinda situaciones para practicar destrezas, tanto físicas como mentales repitiéndolas tantas veces como sea necesario para conseguir confianza y dominio; explorar las propias potencialidades y limitaciones, considerando el desarrollo de flexibilidad y la espontaneidad como función vital, constituyendo el desarrollo intelectual.
Un juego adecuadamente dirigido, aseguraría al niño un aprendizaje a partir de su estado actual de conocimientos y destrezas.
Al introducir la técnica del juego, estamos introduciendo un valioso elemento terapéutico en el psicoanálisis infantil. Pero es importante resaltar que el juego de cualquier niño normal, en cualquier situación o ambiente, es terapéutico en la medida que a través de él elabora, canaliza y ejercita experiencias de vida.
Un juego capacita al niño para poder expresar toda su creatividad. Esta actividad nos dará indicios del desarrollo ajustado a la normalidad, como aquel que tenga dificultades afectivas tendrá la posibilidad de liberar sus sentimientos en una descarga placentera.
El juego le proporcionara la vía para poder manejar sus dificultades tanto momentáneas debidas a crisis, y que pertenezcan a perturbaciones emocionales de otra índole.
Crear supone siempre una actividad de descubrimiento, de experimentación, sobre todo de aceptación del error como forma de vincularse con lo desconocido y una gran proporción de placer y diversión, recordando que diversión significa recreo, es decir volver a crear.
Para estimular y desarrollar la iniciativa (principio de creatividad), las actividades deben brindar no sólo alegría, sino exigir esfuerzos cuyo dominio den profunda satisfacción, seguridad y gozo en el rendimiento a través de su mejoramiento y de su propio conocimiento de este progreso.
El ingenio de ciertos materiales de trabajo y la calidad del conjunto, permitirán en la clase enriquecer las intervenciones en las actividades.
Las actividades tendrán por finalidad proveer al niño aquello que necesite para mantenerse en buena salud, ejercitar su motricidad y facilitar la toma de conciencia de la imagen corporal en el espacio, que favorezcan al desarrollo de sus capacidades de adaptación y de cooperación.
Los objetivos generales es la confianza en sí mismo, la superación de temores, la elaboración y el respeto de normas, la expresión de emociones a través del cuerpo, la organización individual y colectiva, la autonomía, la recopilación de informaciones, la observación, el análisis, la experimentación, la identificación, la representación, la adaptación a los requerimientos del medio, el mejoramiento del equilibrio y de las posturas,el desarrollo de los factores perceptivos de la conducta motriz.
También se desprende de las actividades, ciertos objetivos específicos de los comportamientos observables en clase como ser capaz de arriesgarse, de persistir, aceptar ser cuestionado, recibir críticas, aceptar actuar ante los otros, comprender y modificar acciones, adquirir capacidad en las pautas de trabajo.
Elementos observables en el dominio motor:
acciones: lo que el niño hace (salta, se balancea, arroja, gira)
adaptabilidad de las acciones: de acuerdo a los elementos o actividades, se desplaza, agacha, corre, se aleja.
reproducción a las respuestas pertinentes: frente a un mismo problema, reproduce la respuesta correcta.
niveles de práctica: pasar de un estadio de organización a otro,revelador de una estructura de comportamiento más eficaz.
Elementos observables en el área afectiva:
de orden individual: el niño siente placer, interés, participa, aprecia el trabajo realizado en clase, toma iniciativas o no.
de orden relacional: el niño maneja su agresividad / timidez, ayuda, pide ayuda, imita, se diferencia, coopera, participa en la elaboración de reglas, respeta las reglas y los roles o no. 3-en el área cognoscitiva:
la toma de conciencia de la acción y sus efectos: el niño observa, analiza, expresa lo que se ha realizado, lo que se va a realizar.
la capacidad progresiva para explicar, comunicar acciones y sus efectos: el niño representa lo que ha hecho, puede decodificar las representaciones de los otros niños, puede poner en duda la explicación de una realización.
EL KARATE EN LA COMPETICIÓN INFANTIL
Es importante abordar el tema del temor que plantea la práctica de un deporte de lucha, pero en la práctica del karate , estructurada con unos parámetros pedagógicos que sitúan al niño en el centro de la actividad como creador, actor, gestor de su desarrollo,aporta responsabilidad al niño.
El desarrollo de las capacidades físicas fundamentando en una práctica de combate puede representar un peligro cuando la actividad no se domina técnicamente, pero sobre todo pedagógicamente, y en este aspecto, una parte importante dela seguridad procede de la transmisión de los valores filosóficos.
Existe el peligro de ver a algunos niños utilizar técnicas de karate en el patio del recreo, pero este peligro está vinculado a toda práctica deportiva.
Aporte en el Combate y/o en la Competición
En karate deportivo la meta más deseada tanto para deportistas como para entrenadores es la victoria; pero en gran medida también lo es la aceptación, satisfacción, aprendizaje, comportamientos, respeto y amistad.
La labor se centra en el análisis, planificación y adaptación. Mientras se entrena karate, también se irá estudiando la forma física en la que se encuentran los alumnos, sus limitaciones, los errores más frecuentes y algunos datos referentes a su comportamiento.
En esta última parte es la que se refiere al entrenamiento psicológico demostrando que no basta sólo con el físico, donde se podrá observar las diferentes dificultades en cómo el alumno suele afrontar las situaciones en qué se le presiona, qué facilidad tiene para relajarse, qué problemas son los que más le agobian y de qué forma se refleja todo esto en su rendimiento a la hora de practicar karate y en una competición.
Trabajando tanto el entrenamiento físico como el psicológico permitirá a los alumnos un mejor control sobre ellos mismos con un mayor rendimiento, atención, concentración, coordinación e integración dentro del trabajo en equipo.
Podemos diferenciar algunas técnicas aplicables a todas las categorías que se trabajan en karate como ser la relajación, la atención, la concentración y el control de pensamientos.
Entrenamiento de relajación: este entrenamiento va a permitirles bajar el nivel de ansiedad en cualquier situación, aportándole las habilidades necesarias para aplicarla además a todos los ámbitos de su vida como en la escuela, la casa, los amigos. Logrando esa disminución del nivel de ansiedad, el karateca permitirá conseguir el máximo rendimiento. Es importante acompañar la relajación con una buena respiración. En este punto, es considerable explicarles que es la relajación y en que puede ayudarles a ellos contar con esta habilidad. En primer lugar debemos enseñar a los niños a respirar correctamente. Normalmente, solemos respirar tensando los músculos de pecho y encogiendo los hombros y el abdomen. La forma correcta de hacerlo sería tomar aire lentamente y llevarlo al estómago, de manera que los hombros permanezcan sueltos y el abdomen también. La relajación es de fundamental importancia aplicarla antes y después de cada entrenamiento físico.
Atención y concentración: en todo deporte se debe hacer un esfuerzo considerable de concentración para poder llevar a cabo ejercicios de tipo motriz. Es necesaria por parte del alumno una atención permanente tanto en su trabajo como en el del resto del grupo, si bien es difícil de conseguirla y entrenarla, dependerá mucho de ambas partes. Cuanto mayor sea la capacidad del niño para dirigir la atención donde necesite, mejores serán los resultados y el rendimiento en general. En este punto, podemos aplicar algunas técnicas como establecer una señal que le ayude a concentrarse, reconsiderar la relajación, implementar ejercicios de imaginación creados por ellos mismos como por ejemplo los enbu, como así también mantener permanentemente activos y motivados a los niños.
Control de pensamientos: muchos de los errores que se cometen durante una ejecución son debidos a los pensamientos negativos previos o durante el mismo. En este punto, debemos detectar cuales son esos pensamientos negativos y cuales son los que más se repiten, en qué momento aparecen y cuáles son las consecuencias, por lo que debemos instruir a los niños de controlar esos pensamientos negativos para sustituirlos por otros positivos.
Generalmente los pensamientos más frecuentes que suelen afectar en el entrenamiento son aquellos que están relacionados con la pérdida de confianza en uno mismo o en el equipo en general, puede ser el acoso de la situación competitiva o las consecuencias que obtendrán del fracaso.
Hay que insistir en ayudar a impedir el desarrollo de esas dudas para que no lleguen a influir en el estado de ánimo del niño y en su autoestima. Tiene mucha importancia la valoración individual de su entrenamiento con la motivación conjunta de sus compañeros y entorno familiar. Enseñarles las técnicas que le ayuden a resolver personalmente sus miedos y debilidades. Hacer un niño consciente de hasta donde puede llegar, de sus limitaciones y fuerza, sin dejar de lado la calidad de su trabajo para que pueda ser capaz en una competición o exhibición en karate, de controlarse a sí mismo en situaciones de esfuerzo mental y físico.
Cabe aclarar, que cuando hablamos de limitaciones, nos estamos refiriendo a limitaciones en general que pueden ser físicas y mentales. Cada niño es un ser único e individual, no se trata aquí de comparar a los niños con las destrezas o capacidades de otros, sino de acompañar a cada uno en particular para que logre superarse en sus actividades y desempeño dentro de sus capacidades y posibilidades, para no provocar frustración sino crecimiento individual.
La autoafirmación conlleva al conocimiento y la aceptación de sí mismo. Para que el niño pueda aceptarse se requiere primero que el adulto lo acepte con sus posibilidades y limitaciones.
En cuanto a los fracasos del niño, no necesitan ser negados por cuanto constituyen ser estimulantes para el progreso, pero no deberá desvalorizarse al niño por ello. Reconocer limitaciones y errores no implica dramatizarlos.
Beneficios de la Práctica Para la Competición
La tendencia habitual del niño es llevar a cabo juegos de oposición y en los basados en el enfrentamiento físico, como manera de situarse personal y socialmente, lo que favorece la práctica de las actividades de combate como el karate.
Para los niños, las clases van orientadas más hacia el aprendizaje de movimientos y coordinación corporal, y no tanto contacto físico.
Una vez que los alumnos son conscientes de sus movimientos y autocontrol junto con el aprendizaje de técnicas de disciplina y respeto entre pares, pueden comenzar con sus primeros combates supervisados por el entrenador.
Los combates siempre se realizan con todas las protecciones necesarias como bucal, pechera,casco, guantines entre otros.
Al igual que todas las actividades deportivas, la práctica del karate conlleva riesgos traumatológicos. Estos riesgos se minimizan si se escogen las protecciones adecuadas tanto en la competición de kumite como también deben colocarse en los entrenamientos siempre que sea posible para favorecer un trabajo relajado y su máxima amplitud.
El Sentido de la Estética
Tanto en la práctica de los katas donde la belleza del gesto se busca tanto como su eficacia, también se busca el gesto preciso durante el combate, que abarca velocidad, precisión y estética. El niño comienza a tomar conciencia de su cuerpo en esta dimensión artística que ocupa también un lugar más en esta disciplina que irá desarrollando su potencial creativo.
La Valorización de uno Mismo por la Acción
La acción y construirse actuando es esencial para un niño. A través de sus éxitos y sus progresos en el dominio de la técnica, el niño encuentra elementos sólidos para valorarse y también una fuente de satisfacción exterior cuando pueda leer en los ojos de sus padres el orgullo que sienten al verle participar en su primera competición o pasar a otro cinturón.
La Adaptación
La capacidad de adaptarse, una cualidad cada vez más indispensable en nuestra sociedad, se desarrolla gracias a todas las situaciones en las que el niño debe actuar o reaccionar teniendo en cuenta su entorno próximo, es decir, su compañero, pero también los demás niños que se encuentran sobre el tatami, el maestro y sus consignas, los posibles obstáculos, etc.
La Socialización y el Aprendizaje en Karate
El respeto por uno mismo y hacia los demás en el control de gestos para no lesionar
El respeto por los lugares de entrenamiento y las tradiciones con los rituales de saludos
El respeto de las reglas en los rituales ceremoniales y normativas en una competición (uke, tori, arbitro, marcador, etc), como también dentro del dojo las consignas y los consejos de su maestro que le permitirán progresar en su trabajo. Estas reglas son una guía en sentido de utilidad individual o colectiva.
El respeto hacia los cinturones y sus significados. Tienen que demostrar dentro y fuera del tatami o dojo el valor de su dan.
El Espíritu de Iniciativa y el Riesgo
El karate desarrolla en el niño su espíritu de iniciativa ya que debe saber actuar, tomar decisiones tácticas y reaccionar ante las acciones de sus compañeros. En este aspecto aceptando la lucha de admitir que se puede perder, que puede recibir un golpe y aceptando el riesgo de equivocarse, adquiere la capacidad de arriesgar.
Objetivos Los objetivos se abordarán también en actividades lúdicas y materiales concretos de la vida cotidiana y con situaciones cotidianas para favorecer la interacción social y la adecuación al entorno.
Entre estos objetivos podemos citar: estimular dispositivos básicos de aprendizaje, favorecer habilidades físicas y psicológicas, estimular la tolerancia ante la puesta de límites, desarrollar habilidades para fomentar la independencia en cuestiones diarias, incrementar el tiempo atencional y estimular la memoria, favorecer la adquisición de coordinación, favorecer las habilidades sociales con sus pares, estimular habilidades sociales.
ACTITUD DEL MAESTRO
Un maestro de karate ha de ser ante todo un educador, debe ser un maestro de ideas y saber transmitirlas al alumno.
El mayor reto cuando se trata de enseñar artes marciales a niños es ser capaz de conseguir que disfruten plenamente de la clase, mientras que al mismo tiempo mejoran sus habilidades técnicas, físicas y mentales.
Para ello, hay que conocer los diferentes enfoques que tiene cada grupo de edad para adaptar las clases a estos.
Enseñar a niños de diferentes grupos de edad Cuando se trata de enseñar a los niños habrá grupos de edad distintos para adaptarse a sus capacidades. Teniendo en cuenta su edad, es importante saber que cada grupo debe ser enseñado de una manera diferente.
de 6 a 9 años: por lo general este grupo no necesita una gran cantidad de estiramientos debido a que sus músculos son débiles y su capacidad para tensarlos es bastante limitada. A esta edad los niños tienen mucha energía y son bastantes inquietos lo que puede dificultar el seguir las instrucciones del maestro. Se debe controlar el comportamiento con lo que pueden o no pueden hacer de una manera muy clara,reducir los niveles de competitividad y promover el trabajo en equipo.
de 10 a 12 años: su coordinación ha mejorado en gran medida, lo que significa que se puede enseñar tareas cognitivas más difíciles. También se les puede enseñar movimientos físicos más exigentes como la respiración. Hay que tener en cuenta que a esta edad, las diferencias de género comienzan a mostrarse, aunque todavía no se ha desarrollado plenamente, es necesario hacer las clases más variadas.
de 13 ò más años: aquí es donde se va a ver grandes cambios ya que la capacidad tanto emocional como intelectual se desarrollan fuertemente. En un mismo grupo habrá niños con diferentes niveles de desarrollo. Es bueno enseñar dividiendo las clases en niveles físico, mental y social por que de esta manera es más eficaz el rendimiento grupal.
En niños tímidos: Es labor importante encontrar la manera más correcta para que los niños estén motivados y participen. Conseguir sin forzarle, se integren más en las clases y aumente su nivel de participación.
En niños traviesos: Hay maneras en las que pueden participar de una forma constructiva y positiva en la clase,sin darles la impresión de que se les está permitiendo esas travesuras. Para llevar a cabo este aprendizaje, es preciso e importante considerar un momento de inicio de la actividad interactuando con el grupo en general, percibiendo la disposición anímica, escuchando lo que el grupo trae, etc.
Con estas informaciones, el maestro elabora una propuesta didáctica con niveles de complejidad tal que les permita a los niños un desafío, un problema a resolver, donde poner en juego lo que saben y aprender cosas nuevas.
La longitud de la clase depende de la edad. Para los grupos de edad más jóvenes una clase no debe durar más de 45 minutos, según expertos que estudian el comportamiento del niño, ya que éste es el tiempo máximo de concentración de los alumnos de esta edad. Cuando llegan a más de 12 años, entonces las clases pasan a 60 minutos.
Una clase eficiente debería detener esta estructura:
saludo, relajación
ejercicios mecánicos del cuerpo
entrenamiento técnico
un juego
más entrenamiento técnico
otro juego
Es recomendable finalizar las clases con un entrenamiento intensivo para que suden mucho antes de que termine el entrenamiento. La última parte debe ser divertida porque se marcharán con esta y es lo que recordarán.
El maestro también tiene que poder demostrar cualidades físicas y humanas, ya que el alumno, a veces involuntariamente, tiende a imitar al maestro en muchos aspectos.
Dentro de algunos parámetros pedagógicos pueden indicarse lo siguiente:
esforzarse para enseñar a los alumnos, junto a las técnicas de karate el uso correcto de las mismas
no hablar mal de los demás maestros delante de los alumnos; cada uno tiene su propia manera de ser y de ver la vida
no utilizar los grados (dan) indebidamente ni permitir que los propios alumnos los utilicen
enseñar a los alumnos la amabilidad y el respeto hacia los demás, porque la 1º regla de todo arte marcial es la amabilidad no enseñar en los grados inferiores técnicas peligrosas de kobudo (técnicas con armas ancestrales) ni en grados superiores si no están preparados mentalmente.
El maestro se vuelve entrenador y árbitro: fija y llegado el caso, recuerda las reglas del juego. Debe ser animador, inspirador y crítico. Durante el juego, se ayuda al niño a adquirir diferentes controles, y en primer lugar el de su propio cuerpo, cuando, por ejemplo, interpretando un combate, contiene los golpes.
El juego, también ayuda al niño a adquirir el dominio de la comunicación con los demás. De una parte, porque se entrena en el “a ver” y a “ser visto”, a escuchar y a responder, a comprender y a ser comprendido, y esto a varios niveles según las situaciones escogidas y que él interpreta para sí, para sus compañeros o para los espectadores. Todos estos públicos, además están interfiriendo continuamente en el ánimo del niño.
Resulta necesario destacar la incidencia de la disponibilidad corporal del maestro en los modos de hacer y aprender de los niños. El maestro debe alentar, orientar, acompañar y por momentos, haciendo junto a los alumnos, para mediar que los niños elaboren las diversas respuestas a los desafíos que suponen las acciones motrices.
Comenzar por realizaciones colectivas antes de pedir las individuales; esto permite hacer actuar a todos los alumnos y ampliar la visión del niño-espectador por la del niño-actor. El niño observará con más detalles a su compañero en una actividad que él mismo acaba de tener y además modificara su trabajo.
El maestro también ayudará a los niños a asignar significado a sus logros, alentándolos en sus procesos de aprendizaje.
Objetivos Generales
El maestro desde los primeros niveles debe:
fijarse como objetivos el dominio, la agilidad, la belleza y la creatividad
descubrir el esquema corporal
esclarecer la lateralidad
perfeccionar las formas de: andar, saltar, girar sobre si mismo, detenerse brusca o suavemente, sentarse y levantarse, estar de pie, arrodillarse y estar de rodillas, caerse sin hacerse daño, levantarse con rapidez.
Es importante que en la intervención pedagógica se respeten los tiempos individuales y grupales, como así también los niveles de complejidad a los cuales son capaces de responder cada niño y el grupo.
CONCLUSIÓN FINAL
Entender la filosofía de las artes marciales es entender que cualquier practicante lucha por superarse a sí mismo, que cualquier practicante debe vivir y actuar como un ser humano ejemplar y que un arte marcial ofrece a sus practicantes un camino para mejorarse continuamente.
Con el paso del tiempo el practicante, gradualmente va valorando como esencial e inherente su arte.
Es por ello que esta práctica debe representar:
un método de relación personal y de dinámica de grupos dentro del dojo
un método organizativo y de trabajo filosófico
un método de educación de actividades vitales y sociales y de interiorización de valores
un método de crecimiento personal, puesta en común y respeto
Las artes marciales representan un camino que requiere de un constante crecimiento personal y el auto-conocimiento físico y orgánico del propio cuerpo, sus posibilidades y limitaciones, la coordinación motora, reflejos, capacidad de elasticidad y resistencia física, como así un crecimiento también en lo intelectual y espiritual a lo que se refiere al desarrollo de lo más íntimo de la persona, su fuerza de voluntad, su moral y otros aspectos personales como el valor de la dedicación, constancia, lealtad, honor, auto-disciplina, cortesía, etc.
La filosofía que engloba y caracteriza a las artes marciales, transmite una serie de valores sociales que son muy beneficioso en la sociedad actual.
El karate es mucho más que un deporte; es el estudio de las relaciones humanas, es una herramienta para entender la realidad, establecer los objetivos y conducir la vida.
Con la enseñanza del karate, podremos beneficiar a todos a partir de la transmisión de esos valores sociales a las generaciones de los más jóvenes que ayudarán a construir una sociedad mejor.
Laura Fabiana Catalani
BIBLIOGRAFÍA
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Deporte y valores sociales de Manuela Rosero Ruiz
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