Hormonas, Metabolismo y Grasas

Segunda Parte: ESTRÓGENO

Los estrógenos y la progesterona son hormonas esteroideas, producidas por los ovarios y, en menor medida, por las glándulas suprarrenales.

En la mujer, a partir de la pubertad, son responsables del desarrollo de los caracteres sexuales secundarios: crecimiento mamario, inicio de la menstruación y ensanchamiento de las caderas entre otras cosas. Tienen como misión preparar al cuerpo femenino para la ovulación y la fecundación. La progesterona, en cambio, transforma el tejido que recubre las paredes internas del útero, (endometrio), para acoger el óvulo en caso de ser fecundado. La menstruación es una de las consecuencias de la acción de los estrógenos y no es más que la eliminación de tejido endometrial y sangre en el caso de que no se produzca un embarazo.

Influyen además, tanto en hombres como en mujeres, en el metabolismo de las grasas y del colesterol de la sangre. Una de las acciones de los estrógenos, es regular los niveles de colesterol e inducir la producción del colesterol bueno (HDL).

Otro de sus importantísimos efectos es el de favorecer la relajación de las paredes de los vasos sanguíneos, aumentando la irrigación y disminuyendo la tensión arterial. La falta de estrógenos puede afectar directamente al metabolismo

La acumulación de grasa en mamas, glúteos, piernas y caderas suele estar vinculada a un desbalance de estrógenos. En estas personas es común ver altos niveles de estradiol y bajos de progesterona en sangre. El estradiol es el estrógeno que más favorece la acumulación de grasas. A más grasa corporal más aromatazas, que son una encima dentro de la célula que transforma la testosterona en estrógeno. Es decir a mayor índice graso menos testosterona y más estrógeno.

Por otro lado los estrógenos aumentan el crecimiento de los tejidos vinculados a la fertilidad (la progesterona los ralentiza) y tienen funciones sobre el sistema cardiovascular.

Los estrógenos también tienen función ósea. Es por este motivo que al llegar a la menopausia, ante la falta de estrógenos natural de esta etapa de la mujer, se produzca una pérdida progresiva de masa ósea. Esta pérdida, conlleva un deterioro de la calidad del hueso que predispone a la mujer a un mayor riesgo de fracturas.

El último efecto que nombraremos de esta hormona es la formación de colágeno. El colágeno es uno de los principales componentes del tejido conectivo. Es por eso que, ante la falta de estrógenos o con los estrógenos bajos, típico de la menopausia, el aspecto de la piel varía.

Como toda hormona que el cuerpo produce, es su correcto balance aquello que debemos procurar y atender. En todo caso, el EJERCICIO FÍSICO PLANIFICADO es uno de los mejores instrumentos que tenemos para este fin. Y si bien no podemos elegir de que parte del cuerpo, la actividad física nos va a hacer quemar grasas, si podemos ayudar a corregir a través del deporte, los desbalances hormonales que favorecen la acumulación de grasa en sitios no deseados.

Ahora bien, del mismo modo que el mejor carpintero no puede realizar su obra con apenas una herramienta, la actividad física por sí sola no logrará resultados apreciables; se la debe combinar con una correcta alimentación, hábitos y un buen descanso. No es la intención de estos apuntes hacer una descripción siquiera superficial de temas tan complejos como alimentación y sueño, pero a quienes les interese pueden comenzar por buscar los efectos de la “metilación” con Di Indolyl Metano (DIM), un compuesto natural que se encuentra en abundancia en las crucíferas (brócoli, repollitos de Bruselas, etc.). El DIM ayuda a eliminar los excesos de estradiol y lo transforma en 2-methoxy estradiol, compuesto que ayuda a reducir las grasas.

Estudios recientes (Cancer Research 2004;64:2923-2928 ) demuestran que tres horas semanales de ejercicio físico moderado, ayuda a reducir los niveles de estrógenos circulantes e incrementa los de la globulina, una proteína que se adhiere a la hormona SHBG en sangre. Este descubrimiento podría explicar por qué las mujeres que realizan habitualmente actividad física tienen un menor riesgo de cáncer de mama.

Qué y cómo entrenar para adecuarse a los ritmos estrogénicos, escapa de la intención de esta nota. Sepan si, que para los atletas de elite mujer, se planifica de acuerdo al ciclo menstrual, básicamente dividido en tres momentos, donde el entrenamiento de las capacidades de Fuerza, Flexibilidad y Resistencia se adecúa a los días del ciclo: 1 y 5 (potencia y flexibilidad), 6 y 14 (fuerza máxima, hipertrofia y resistencia a la fuerza) y 15 y 28 (aeróbico y flexibilidad).

…continuará: Tercera Parte: Cortisol

Bibliografia

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