¿QUÉ ES UN GASSHUKU, SENSEI? – preguntó un joven iniciado.
Y mi cabeza estalló en miles de recuerdos de anécdotas, amigos, maestros, lágrimas, sonrisas…
Hoy sé que todo eso es “Un Gasshuku”, (memorias, amigos, sonrisas), pero para el “novicio” los recuerdos de un viejo carcamán sobre sus primeros Gasshuku en Bavio, Mar del Plata, Mendoza, la “Repu” o el Club de “Teléfonos”, en Japón, USA, Portugal, Austria, entre otros, no explicaría que ES en realidad. No hoy.
Entonces, ¿Qué es un Gasshuku? Pongámonos técnicos por unos minutos.
Un Gasshuku (合宿) es una sesión de entrenamiento prolongado que los japoneses suelen organizar en sus vacaciones de Verano. El término es común, tanto en las Artes Marciales como en la Educación japonesa, para referirse a los diferentes cursos ofrecidos durante los fines de semana.
El aprendizaje colectivo compartido tiene su origen en el ideal confucionista de la educación. La idea es fortalecer el sentido de comunidad entre los estudiantes, forjar lazos, aprendiendo unos de otros.
Literalmente significa “convivir juntos” o “convivencia” y representa el ideal japones de una “sociedad de aprendizaje” o Gakureki shakai (学歴社会).
Al salir de la rutina pedagógica a través de diferentes estrategias, el estudiante practica en un ambiente diferente, intercambiando conocimientos, experiencias y juegos entre sus pares y maestros, estrechando los lazos sociales del grupo.
En un Gasshuku no se busca el talento individual, sino el “esfuerzo grupal”, al que cada uno de los participantes deberá aportar con su propio esfuerzo. El “éxito”, es un éxito compartido.
Por ejemplo, durante nuestro Dentoteki Gasshuku, tenemos diferentes momentos donde entrenamos, hacemos juegos comunitarios, reflexionamos durante los momentos de relax, almorzamos y cenamos juntos, teorizamos, hablamos de historia y terminamos con un “esfuerzo máximo” que, de superarlo, nos muestra de lo que somos capaces si ponemos nuestro empeño, nuestro esfuerzo personal en un bien común.
No es fácil aguantar tres días tan intensos, pero al final, quienes quedan en pie, sienten el orgullo de haberlo logrado.
Es difícil exagerar el valor de estos cursos. Una típica jornada de Gasshuku puede contener tanta experiencia acumulada como varios meses de entrenamiento en el Dojo. La formación intensiva, dentro de un grupo concentrado en un mismo tema, ayuda a incorporar mejor los conceptos aprendidos. Los practicantes encuentran un buen ambiente donde experimentar a fondo sus saberes e inclusive, incorporar nuevos.
Un Gasshuku es una oportunidad única e irrepetible para conocer a los miembros más avanzados del Dojo, de otros Dojos, de otras provincias o países, de otros estilos inclusive, y hacer nuevos amigos.
En teoría, todo lo dicho es un GASSHUKU, pero para todos aquellos que los hemos vivido tan intensamente, seguirá representando: “los mejores recuerdos que nos dará el KarateDo, nuestro Tōte-jitsu, de por vida.
Este, como todos los años, el Gasshuku de febrero es un momento único, dónde nosotros, nos enfrentamos a nosotros mismos y, si ganamos, es porque hemos logrado ser mejores y si no, tendremos una oportunidad para volver a demostrarlo.
Ganbarimasu!!!!!!