A los pocos minutos se nos unió Aono san, quien fue de invalorable ayuda como traductor, mi japonés no estaba a la altura de los requerimientos y Gima Sensei no habla inglés.
…el Hombre, el Padre, el Amigo, el Docente severo y gentil, agradecido a la nación que le dio la oportunidad de desarrollar su Karate tan lejos de sus maestros, pero tan cerca de sus convicciones.