2da Parte: Los samurais dentro del contexto histórico

Para quienes han leído la 1° Parte de esta reseña, la misma finaliza con el Período Heian, en 1.192, a partir del cual se produce la consolidación del poder de los bushi. El shogunato o bakufu se establece en Kamakura, al sur de Kioto, ciudad sede del gobierno imperial.

    Con respecto a las fuentes consultadas se agrega a la anterior la siguiente:
Cronología de Japón, DCIDOB núm. 101, 2007 ;
Breve historia del Japón feudal de Ruben Almarza Gonzalez;
Historia militar del Japon Medieval. Pag. arrecaballo.es;

Período Kamakura: de 1.192 a 1.333 d.C.

     Si bien el origen de los samurais, como guerreros del antiguo Japón, data del siglo X, es en este período donde la casta militar alcanza su hegemonía con la instauración, en 1.192, del shogunato de Kamakura, mencionada al final de la 1° parte, después de que el clan Taira, también conocido como Heike, fuera derrotado por el clan Minamoto, también llamado Genji, en las guerras Gempei, período de sangrientas guerras civiles entre los clanes de 1.180 a 1.185, (que veremos más adelante en la Sección 6ta).

     En esta época la figura del emperador quedó reducida a una función simbólica.

     El área cultural cambió en forma abrupta. Se valoró la simplicidad y la frugalidad en vez del lujo y la extravagancia que habían causado la ruina de los Taira, quienes se habían apartado del verdadero espíritu bushi.

     Asimismo nuevas corrientes budistas como el Zen, la Jodoshinshu y la Nichirenite hacen su aparición.

Minamoto Yorimoto, líder de su clan, tiempo después de la caída de los Taira, obligó al emperador a nombrarlo shogun, cargoque le otorgaba el comando de todas las fuerzas militares.

En teoría, el shogun estaba subordinado al emperador, pero el cargo lo convertía en el hombre mas poderoso de Japón.

     Sin embargo, nunca tomó posesión de las tierras imperiales ni de las de la alta aristocracia y, aunque las gravó con impuestos, éstos fueron muy reducidos. Yorimoto se estableció en Kamakura y de inmediato comenzó a construir su propio gobierno, instituyendo un nuevo tipo de modelo social basado en características feudales.

     Así, el shogunato fue absorbiendo las instituciones imperiales y la corte quedó relegada a sus habituales pasatiempos culturales, actividades que contrastaban con la austeridad de la forma de vida de la casta militar, los bushi o samurai, quienes desplazaron a la antigua aristocracia.

     De este modo se generó una estructura militar piramidal: en la cumbre se hallaba el Shogun; por debajo, los samurai de confianza o gokenin, después, el resto de los samurai y, por último, los soldados rasos o zusa. En un rango más bajo se encontraban los civiles. Casi todos eran hombres libres, ya fueran campesinos o artesanos, también había siervos semmin, que desempeñaban profesiones mal vistas, como los curtidores y los matarifes. Y, por último, existían los esclavos.

     Los vasallos más leales a Yoritomo se convirtieron en daymio o señores de una provincia, y en administradores de tierras. El Departamento de los samurai, o Samuraidokoro, asumió la organización militar, mientras el Departamento de Administración o Mandokoro se encargaba de los asuntos civiles y el Monjucho resolvía los temas legales. La nueva ley feudal se sistematizaría mediante el código Joei de 1232, que seguiría en vigor más de seis siglos, hasta la revolución Meiji.

     Pero, a pesar de su triunfo, Yoritomo no logró consolidar su linaje. A su muerte, pocos años después, en 1199, hubo violentos enfrentamientos. Ninguno de sus dos hijos pudo controlar la situación, y a familia de su esposa Masako, el clan Hojo, se hizo cargo del gobierno mediante una especie de regencia del shogunato, en la que un miembro de la familia, con el título de Shikken, controlaba los asuntos de Kamakura, aunque el cargo de Shogun seguía pasando por la familia Minamoto. Por ironías del destino, los Hojo tenían sangre Taira. Esta situación duró un siglo.

     En el año 1274 Hojo no Tokimune ostentaba la regencia del shogunato. Kublai Khan, ya dueño de China y Corea, tras la negativa de los japoneses en convertirse en sus vasallos, mandó una flota contra el archipiélago. (Quien haya visto la serie Marco Polo recordará este acontecimiento).

     El shogunato se preparó, pero no hizo falta; una gran tormenta desbarató la armada de los mongoles y los envió de vuelta a los puertos coreanos. Pero Kublai Khan no se dio por vencido. Más embajadores mongoles viajaron a Japón para intentar persuadir a los guerreros de Kamakura, pero los enviados fueron devueltos sin cabeza. En 1281, el Khan envió un segundo ejército, más grande aún.

     Mientras tanto el shogunato, mantuvo a sus tropas en alerta y construyó una gran muralla defensiva a lo largo de la bahía de Hakata. Cuando los barcos mongoles se aproximaron, los japoneses consiguieron repeler los primeros ataques; dos semanas después, otro ingente temporal volvió a destrozar al enemigo. Las tormentas fueron rápidamente bautizadas como Kami kaze, el «viento Divino», acuñándose así un término que sería empleado mucho después en un contexto bien diferente. Kublai Khan, no acostumbrado a la derrota, nunca cejó en su empeño, pero murió antes de poder organizar una tercera invasión.

   El shogunato sobrevivió, pero los ataques mongoles ya habían causado una brecha en su estabilidad; las familias de los bushi que habían combatido querían compensaciones, pero el Shogun no contaba con botín de guerra, las arcas del shogunato estaban vacías por los gastos del equipamiento del ejército. El gobierno trató de solucionar la situación aprobando medidas económicas favorables a los guerreros, pero el descontento creció. La época Kamakura tocaba a su fin.

     Fue entonces cuando la familia imperial salió de su letargo y entró nuevamente en la escena política.

     Ya desde 1272 había dos líneas imperiales sucesorias en disputa, la Jimyoin y la Daikakuji.

     El emperador Go-daigo, de la rama Daikakuji, aprovechó la oportunidad. Reunió a los bushi descontentos, entre los que se encontraba Ashikaga Takauji, cuyo importante protagonismo veremos en breve, y organizó un ejército que acabó con la regencia del clan Hojo. La ciudad de Kamakura fue destruida, el regente Hojo no Takatoki se suicidó. Su clan fue exterminado.

     Una vez que los Hojo cayeron, no volvió a haber una paz duradera en el reino hasta la llegada de los Tokugawa, casi 400 años más tarde.

     En 1933 el emperador Go-Daigo abolió el shogunato y restableció el poder político para la dinastía de Kioto.Este acontecimiento es conocido como Restauración Kemmu.

Período Muromachi: de 1336 a 1573

¿Cuánto duró la Restauración Kemmu? No más de tres años. El emperador desarrolló una política que molestó a los bushi al recompensar en primer lugar a los nobles que no habían combatido.

     En consecuencia, Ashikaga Takauji, quien antes había apoyado al emperador, encabezó la rebelión contra la dinastía. Expulsó a Go-Daigo de Kioto y instauró en el trono al príncipe Imperial Toyohito, de la línea Jimyoin, con el nombre de emperador Komyo. En el año 1338, Ashikaga no Takauji adquirió el título de Shogun.

     Es el shogunato conocido como Ashikaga o, más frecuentemente, como Muromachi, que es el nombre de una zona de la ciudad de Kyoto.

     Go-Daigoescapó al sur, hacia el monte Yoshino, en la actual prefectura de Nara, se proclamó legítimo soberano y fundó allí su corte.


     Esta época se conoce como Nanboku-cho o Las dinastías del Norte y del Sur, que persistieron durante cinco décadas.

Para dejar bien sentadas las diferencias, Go-Daigo varió el crisantemo de su sello imperial, empleando una flor de diecisiete pétalos, en lugar de la habitual de dieciséis. El crisantemo, en japonés kiku, es la flor asociada a la Casa Imperial hasta el día de hoy. De ella toma su nombre el célebre Trono del Crisantemo, que se suele emplear como metáfora para hablar del gobierno imperial.

     En 1.392, bajo la mediación de Yoshimitsu, tercer shogun Ashikaga, Go-Kameyama, emperador de la corte del sur, le entregó los Tesoros Sagrados al emperador Go-Komatsu, de la corte del norte, marcando la reunificación de las Cortes Imperiales y el fin del periodo Nanboku-cho, con la condición de que el Go-Kameyama abdicaría a favor de Go-Komatsu y que se restablecería el sistema de alternancia del poder entre las ramas Daikakuji y Jimyoin. Como era de suponer Go-Kameyama no cumplió, pero esa, por ahora, es otra historia.

     Los tesoros Sagrados, relacionados con el budismo, eran, y son, la Espada, que representa el valor, la Joya, la benevolencia, y el Espejo, la sabiduría.

     Aunque el Ashikaga era el clan más rico y poderoso de Japon, dependía de los señores feudales o shugo daymio. El shogunato logró mantener un equilibrio aceptable que llegó a su apogeo durante el gobierno de Ashikaga Yoshimitsu.

     En esta época, a pesar de las dificultades del bakufu, hubo mejoras en la agricultura así como un gran desarrollo artístico y literario, especialmente en el teatro no. Asimismo el budismo comenzó a tener participación importante en la política del país merced a sus poderosos ejércitos y ricos monasterios fortificados. También se establecieron relaciones comerciales con la China de la dinastía Ming.

     Después de la muerte del tercer shogún Ashikaga, en el año 408, sus descendientes fueron incapaces de controlar las regiones más lejanas y poco a poco se relajó su autoridad, al tiempo que crecía el poder de los daymios.

     No obstante, la familia Ashikaga seguía en el poder. Y llegó el sexto Shogun, Ashikaga no Yoshinori (1428-1441). Hacía muchos años que la rama de Kanto del clan Ashikaga se oponía al shogunato. Yoshinori se alió con otro clan y exterminó a esos parientes suyos en el año 1439. Pero no todos sus enemigos se encontraban allí; tres años después, otro señor feudal, de nombre Akamatsu Mitsusuke, asesinó al Shogun Yoshinori. La supremacía de los Ashikaga quedó herida de muerte.

     Lo sucedió su hijo Yoshikatsu de 8 años de edad como séptimo shogun, un año después el niño murió de una enfermedad.

El octavo Shogun Muromachi fue Yoshimasa (g. 1463-1473), hermano de Yoshikatsu. Durante su gobierno estalló una gran guerra civil entre clanes que asoló Japón entre 1467 hasta 1477, la guerra de Onín, que será tratada en la 6ta Parte.      Yoshimasa se retiró a la villa de Kitayama y abdicó a favor de su hijo Yoshihisa, pero la figura del Shogun ya no tenía autoridad práctica. El final de la guerra Onin no supuso la llegada de la paz, sino todo lo contrario. El país entró en una etapa de gran belicosidad, que los historiadores japoneses llamaron Sengoku Jidai o Era de los estados combatientes y que duró casi cien años.

Al diluirse la autoridad del shogunato como árbitro supremo de los daymios, los clanes comenzaron a librar incontables batallas en toda la  nación, no solo para dirimir cuestiones regionales sino para encaramarse en el poder y derrocar a los Ashikaga. Bastaba con ocupar Kioto para proclamarse como nuevo shogun.

     No solo los grandes señores de la guerra con su gran poder económico y sus ejércitos de samurái soñaban con ese objetivo, sino también guerreros de menor poder.

     Caos, descontrol, usurpaciones, asesinatos, traiciones, luchas sangrientas y masacres caracterizaron el Período Sengoku.La ciudad de Kyoto fue arrasada en gran parte, y muchos de sus grandes monumentos, incendiados. Las virtudes del Bushido como la lealtad, la honestidad y otras fueron dejadas a un lado,                       los valores éticos y sociales fueron abandonados. Los Shogun Ashikaga se sucedían, pero apenas controlaban más que sus provincias personales.

     Por otra parte, en medio de este período turbulento, nuevos elementos entraron en escena: las armas de fuego (1543) y el cristianismo (1549), ambos llegaron a Japón de la mano de los comerciantes portugueses y de los misioneros jesuitas.

     Al mismo tiempo, las artes se desarrollaron de forma extraordinaria. Un ejemplo nos basta: en 1450 se inauguró uno de los jardines más célebres de todo Japón, el jardín de rocas del Ryoanji en Kyoto.

Comenzó aquí un período breve, pero que sería clave en la estructuración definitiva de Japón: la época Momoyama, que también se la conoce como Azuchi.

Período Momoyama o Shokuho: de 1568 a 1600

     Después de larguísimos años de guerra, un gran daymio procedente de Owara irrumpió en Kioto en 1568, con una gran parte de Japón sometido, y se hizo con el poder. Su nombre era Oda Nobunaga, un genio militar de una personalidad avasallante.  

     Existe divergencia entre los historiadores japoneses con respecto al inicio de este período. Unos lo consignan en el año el año 1568, cuando Oda Nobunaga ocupó Kioto y otros en 1573 el último shogun Ashikaga salió de la capital.

     La historia fue así: cuando Nobunaga llegó a Kyoto en 1568, el Shogun era Ashikaga no Yoshihide, que había sido nombrado tras el asesinato de su predecesor tres años antes. Nobunaga sustituyó a Yoshihide por otro miembro de la familia, Yoshiaki, e hizo que le jurase lealtad. Pero, el que habría de ser el último Shogun Ashikaga, faltó a su promesa, aliándose contra Nobunaga con otros clanes. Fue vencido recién en 1573. Yoshiaki marchó al exilio y se retiró a un monasterio budista. Murió en 1597.

     Tres años después de la derrota de Yoshiaki, Oda Nobunaga comenzó a construir su impresionante castillo de Azuchi, junto al lago Biwa, de allí el nombre que se usa también para referirse a este período.

     Combinando victorias y matrimonios, Nobunaga fue extendiendo sus dominios. Pero su principal objetivo era la unificación del país que recién se lograría en forma definitiva en el siglo siguiente. Dos figuras, que habrían de tener después un enorme protagonismo, fueron sus generales más destacados: Toyotomi Hideyoshi y Tokugawa Ieyasu.

     En este punto, para los interesados en el tema,  les recomiendo la lectura de un hermoso libro,  Taiko de Eiji Yoshikawa, que leí por sugerencia de Pablo Moviglia San, basado en la vida de Toyotomi Hideyosi, un gran héroe de la historia de Japón del siglo XVI.

Pero no todos los daymio estaban sometidos ni mucho menos. Nobunaga, junto con Toyotomi Hideyoshi, Tokugawa Ieyasu y otros generales derrotó a lo largo de 14 años a distintos adversarios.

     A medida que se extendía su control, se enfrentaba a señores de tierras más distantes, entre los que destacó de forma muy especial el daymio Mori, jefe de doce provincias en Honshu.

     Al mismo tiempo, Nobunaga tenía otros enemigos no menos peligrosos: los monjes budistas guerreros, que habían tomado partido por sus oponentes. Los más cercanos, pertenecían a la escuela Tendai, su templo estaba en el monte Hiei, un lugar estratégico que dominaba la entrada de Kyoto. En 1571 las tropas de Nobunaga incendiaron el monte Hiei, destruyeron el templo y la escuela Tendai quedó así eliminada de la escena política. Este acontecimiento está muy bien relatado en Taiko.

     Otra escuela budista, enfrentada a Nobunaga, la llamada de la Verdadera Tierra Pura, no fue tan fácil de vencer. Durante diez años, Oda Nobunaga se enfrentó a los monjes, quienes eran apoyados por otros señores. Recién acabó con su resistencia en 1580, después de haber asediado la fortaleza de Ishiyama con 60. 000 hombres. Como en el caso del monte Hiei, tampoco en esta ocasión hubo piedad.

     El emperador ofreció a Nobunaga el título de Shogun, pero él lo rechazó, según se dice, por considerar que no tenía el linaje adecuado para ostentar el cargo. De hecho, sucesivos miembros de la familia Ashikaga siguieron ocupando el cargo hasta 1597, pero solo a título figurativo.

     Llegaba el verano de 1582 y Nobunaga se encontraba aún en plena campaña contra el clan Mori. Aunque había conseguido la capitulación de los señores limítrofes, la guerra continuaba, y su general Hideyoshi necesitaba con urgencia refuerzos en Takamatsu. Nobunaga en persona salió de Azuchi al frente de la tropa y se dirigió hacia allí, pasando de camino por Kyoto.

     En esa ocasión tuvo que alojarse por necesidad en un lugar que no le agradaba: un monasterio budista. Uno de sus generales de confianza, Akechi Mitsuhide, lo traicionó, atacó el templo con sus  samurai  para  asesinarlo, Oda Nobunaga puso a salvo a las mujeres de la familia que lo acompañaban y se suicidó antes de ser capturado.

     Su fiel general Toyotomi Hideyoshi, tomó el control y eliminó a sus rivales. Las victorias de Toyotomi sobre las provincias del norte, Shikoku (1583), Kyushu (1587) y el clan Hojo (1590) ,( este último merece una mención especial en el próximo párrafo), facilitaron la reunificación del país.

     En 1587 Hideyoshi era ya regente del emperador y primer ministro del Estado, y había terminado de levantar un lujoso castillo en Osaka, lugar donde un día se alzara la fortaleza rebelde de Ishiyama.

     En 1588, todos los daymio, cristianos o no, renovaron su juramento de lealtad al emperador y a su regente. Solo quedaba en pie un enemigo temible: los Hojo de Odawara.

     En 1590 Hideyoshi invadió la zona de Kanto y capturó el formidable castillo de Odawara, que se rindió dos meses después del asedio. Vencida la resistencia en Kanto y en el norte, el país completo quedó bajo el control de Hideyoshi.

     El general Tokugawa Ieyasu, fue clave para la derrota de los Hojo, recibió las provincias de Kanto y allí se asentó, en una pequeña población de la bahía llamada Edo, que andando el tiempo se convertiría en Tokyo.

     Para mantener el control absoluto, Hideyoshi destruyó castillos, presionó a los samurai, promovió una estricta distinción de clases, elaboró un censo de la población y ordenó un edicto de expulsión de las misiones cristianas.

     Durante buena parte de su carrera Toyotomi Hideyoshi fue kampaku o regente Imperial, el antiguo título de la época dorada de los Fujiwara, y primer ministro del Estado. En 1591 dejó el cargo de Regente a su sobrino, y desde entonces fue habitual referirse a él como Taiko, o regente retirado.      Hideyoshi murió el 18 de septiembre de 1598 en su castillo de Osaka. La disputa sucesoria parecía obvia a favor de su hijo ToyotomiHideyori, pero pronto el Consejo de Regentes, formado a su muerte, se dividió y surgieron dos bandos, uno liderado por el ambicioso y hábil Tokugawa Ieyasu y el otro por Ishida Mitsunari, leal a la voluntad de Hideyoshi. Ambos se enfrentaron en el año 1600 en la épica batalla de Sekigahara, batalla que marca el final del período Momoyama.

Continuará…