Budología

Por Pablo Eduardo Scurzi

Conocimiento

El primer ejemplo en la historia, acerca de la cuestión de la “demarcación” del conocimiento humano, lo hallamos en la antigua Grecia. Allí se plantea el problema de las diferencias entre el “episteme” (ἐπιστήμη) o verdadero conocimiento y la opinión (δόξα, doxa).

En la Alegoría de la Caverna, Platón pretende poner de manifiesto el estado de la naturaleza del hombre, respecto a su educación o a la falta de ella, es decir, como los hombres se relación al conocimiento de la verdad o a la ignorancia. La episteme, para el filósofo, solo puede tener desarrollo en el mundo de las ideas pero no en el engañoso mundo sensible. La idea de bien sensible está completamente desprovista de todo sentido ético, para el mundo griego. El bien estaba referido a lo metafísico-teleológico. En términos actuales sería equivalente a “útil”.

Alegoría de la Caverna

En Roma, Cicerón escribió “De divinatione”, una fuente histórica para conocer la concepción de la cientificidad en la antigüedad romana clásica.

Kant, trató de delimitar el campo de las ciencias naturales del conocimiento metafísico, y con su trabajo sentó un precedente metodológico para establecer los criterios de demarcación de lo que es y no es ciencia natural. (Crítica de la razón pura y Prolegómenos a toda metafísica futura que pueda presentarse como ciencia).

David Hume (1711-1776), establece los principios teóricos anti-metafísicos (en particular el problema de la inducción) que tendrían gran influencia en el positivismo lógico.

Si tomáramos cualquier volumen de teología o metafísica escolástica, por ejemplo, y nos preguntáramos ¿contiene algún raciocinio abstracto acerca del número o la cantidad? No. ¿Contiene algún razonamiento experiencial acerca de cuestiones de hecho y de existencia? No. Entonces, arrojémoslo a las llamas, sólo puede contener sofismas e ilusión”.

David Hume. Investigación sobre el entendimiento humano. Sección XII, 132, página 211.

Serán Rudolf Carnap (1891-1970), Alfred Jules Ayer (1910-1989) y Karl R. Popper (1902-1994), en el Círculo de Viena, quienes abordarán el “Criterio de Demarcación” de la ciencia con respecto a la metafísica.

Charles Sanders Peirce (1839 – 1914) aborda los problemas modernos de la ciencia, la verdad y el conocimiento y es con él que se fragua el concepto de falibilismo, que será un precursor de la idea de falsabilidad de Karl Popper. Para el autor austríaco será Ciencia, en definitiva, aquello que cumpla con tres requisitos básicos, a saber:

  • Lenguaje,
  • Método y
  • Objeto de estudio.

Y en su desarrollo debe contemplar:

  • Problema,
  • Intentos de solución y
  • Eliminación,

Mística, Arte, Ciencia

En la historia del hombre, el saber primero fue práctico, luego fue arte y en algunos casos se transformó en CIENCIA. Aquellos saberes dispuestos a tolerar un tratamiento científico, es decir esperar comprobación independiente de las teorías enunciadas, cruzaron la frontera del misticismo y se aproximaron rápidamente al saber real sin abandonar su característica de Arte.

Kant hablaba de ideas regulativas. Estas eran aquellas que dominaban la discusión crítica entre teorías competidoras. Este filósofo destacaba tres:

  1. La idea de Verdad
  2. La idea de Contenido Lógico
  3. La idea de aproximación a la verdad.

La idea de aproximación a la verdad, es quizás el rasgo más importante de la teoría científica.

Para Carl Hempel (1905-1997), mientras tanto, diez proposiciones nos separan del saber científico:

  1. Explicar es responder a la pregunta ¿por qué?
  2. La explicación consta de un explanandum y un explanans, que es necesario distinguir de los términos explicandum y explicans, los cuales se reservan para el ámbito de la explicación de significado y análisis.
  3. El explanandum es un enunciado que describe el fenómeno a explicar (es una descripción y no el fenómeno mismo).
  4. El explanans consta de al menos dos conjuntos de enunciados utilizados con el propósito de dilucidar el fenómeno:
  5. El fenómeno en proceso de explicación será explicado demostrando que se produjo de acuerdo con las leyes generales y en virtud de las condiciones antecedentes especificadas. Así, la pregunta ¿por qué sucede el fenómeno? se transforma en la pregunta ¿de acuerdo con qué leyes generales y cuáles condiciones antecedentes se produce el fenómeno?
  6. La explicación también puede formularse respecto a leyes generales. Es decir, la explicación de una regularidad general puede subsumirse dentro de otra regularidad más inclusiva. Dicho de otra manera, las leyes generales son cubrientes, ya que pueden subsumir otras leyes o un conjunto de hechos.
  7. Requisito Lógico-Empírico de la Explicación.
  8. Explicación y Predicción. El mismo análisis formal (incluidos los cuatros requisitos) se aplica a la explicación y a la predicción.
  9. Explicación Pre-Científica y Explicación Incompleta. La explicación pre-científica carece de fuerza predictiva, puesto que el explanans no suministra leyes explícitas por medio de las cuales poder realizar la predicción, ni establece, de manera adecuada, las condiciones antecedentes que serían necesarias para este propósito. La explicación incompleta puede considerarse como un índice de correlación positiva entre las condiciones antecedentes y el tipo de fenómeno que se va a explicar y como guía de la dirección que deberán tomar las investigaciones ulteriores con el propósito de completar dicha explicación.
  10. Explicación Causal. Si E describe un hecho, puede decirse que las circunstancias antecedentes señaladas en C1, C2… Cn “causan” en conjunto aquel hecho, en el sentido de que existen ciertas regularidades empíricas expresadas por L1, L2… Lr, las cuales implican que toda vez que ocurran condiciones del tipo indicado por C1, C2… Cn, tendrá lugar un hecho del tipo descrito en E. De acuerdo a lo indicado tenemos que: una explicación causal completa se convierte en una adecuada predicción.

El filósofo alemán radicado en USA, caracteriza las leyes de la ciencia como cierto tipo de regularidades que ocurren sin necesidad de la naturaleza y sin recurrir explícitamente a condiciones epistémicas. Este autor considera “leyes” los enunciados generales mismos y no lo que ellos expresan. La tesis de Hempel plantea que los principios de la explicación generados en la física son también aplicables a las ciencias sociales y de cumplirse estos pasos, estaríamos en presencia de una “demostración”; ¿falseable?, si desde ya, pero esto mismo es aquello que la acerca aún más al terreno científico.

Dentro de este paradigma y atendiendo a que distintas ciencias toman al estudio de la “relación” como el punto inicial de ciertas explicaciones acerca de la “realidad” que hasta ayer no podían ser falseables, vemos que hoy los fenómenos relacionales nos permiten observar ciertas cuestiones desde otro contexto. Evidentemente las relaciones humanas no pueden quedar fuera del modelo.

Educación Física vs. Ciencia

El hecho que la Educación Física no encuentre un lugar dentro del conjunto de saberes llamados Ciencia, poco influye en la característica científica de ciertos saberes vinculados a la lucha.

En principio, la EF como tal tiene una historia reciente, que con mucho alcanza los comienzos de los años treinta (a no ser que creamos que un grupo de griegos que levantaban piedras y luego ganaban violentos rituales dedicados a sus dioses, hacían EF); en tanto que algunos sistemas de lucha se sistematizaron desde tiempos muy antiguos. Por ejemplo el To-De que se practicaba en Okinawa ya se reconocía desde 1600 (siendo ortodoxos) como un método sistematizado. Del mismo modo varios otros sistemas de lucha con armas europeas.

La EF se nutre de varias Ciencias, pero esto no la hace Ciencia, pues no existen en ella leyes propias que la rijan exclusivamente ni la puedan presentar como tal, fuera de varias sutilezas y no menos adaptaciones de las leyes de las ciencias biológicas, mecánicas o de la pedagogía. En este sentido la EF apenas es un conjunto de criterios que se cumplen y comprueban en otros ámbitos, de los cuales algunos se utilizan para la enseñanza de la motricidad primaria, y luego, en el mejor de los casos, se adaptan para el deporte de iniciación. Queda claro que, con lo de “deporte de iniciación” me refiero a la primaria del deporte, único ámbito de injerencia de la EF, ya que a decir verdad, este conjunto de saberes está tan lejos del alto rendimiento como el alto rendimiento lo está de la salud.

La EF se nutre de varias Ciencias, pero esto no la hace Ciencia…

Quizás, si quienes intentan definir la característica científica de la EF, comenzarán por tomar como objeto de estudio a la interacción humana frente a los procesos fisiológicos involucrados y no la diferenciación disciplinaria o al estancamiento del límite entre quien observa y el observado, lograrían “arrimar el bochín” a la identificación de la EF como saber científico. Quizás no, y habrá que conformarse en considerarla solo una “disciplina multidisciplinaria”.

Sin intención de profundizar demasiado, de las tres características requeridas por un saber para ser considerado ciencia, la EF solo cumple uno: el objeto. El lenguaje no es propio y el método se encuentra ausente o le pertenece por completo a la pedagogía, al menos hasta donde se ve.

Psicología vs. Ciencia

Esto último merece una explicación aparte. Veamos el caso de la Psicología. La psicología se ocupa de analizar las conductas humanas previamente definidas por ella. De existir una “ciencia de la psicología” esta debiera poder prever la falsación de su enunciado, es decir contemplar una conducta humana que no fuera capaz de analizar. Pero esto atenta por sí mismo con aquel enunciado de Psicología. No puede existir una ciencia de la Psicología pues siempre podrá describir cualquier conducta humana y por lo tanto no deja lugar a falsaciones en este aspecto.

De existir una “ciencia de la psicología” esta debiera poder prever la falsación de su enunciado

Como contraparte, la ciencia de la física, nos advierte en todos sus postulados que un suceso determinado ocurrirá con mayor probabilidad en un sentido que en otro, pero jamás niega de plano que lo “naturalmente impensado” no pueda ocurrir. La Física es una ciencia que contempla inclusive la posibilidad de que un vaso estrellado contra el suelo, pueda por sí solo volver a reunir sus partes y subir a la mesa intacto, al menos, si se cumplen determinadas condiciones.

Arte y Ciencia

La ciencia y el arte se asemejan. Las teorías científicas novedosas no son el resultado automático de un acopio tedioso de datos, sino un acto creativo, similar a la escritura de un poema, o a la pintura, o a la música. Cuando una hipótesis explica de modo elegante un aspecto de la realidad con mayor claridad que antes, provoca admiración y placer estético. Por otro lado la concepción realista del mundo junto con la idea de la aproximación a la verdad, son indispensables para la comprensión del fenómeno Ciencia.

Desde este punto de vista, pareciera que el “idealismo subjetivo”, no se equivocaba cuando decía que: “…la ciencia es un sistema producto de las ideas humanas” (George Barkley 1685-1753). Sin embargo, ya que las ideas pueden fracasar en la probabilidad, termina siendo el “realismo” de Honoré de Balzac (1799-1850), quien gana la batalla realismo vs. idealismo, en última instancia.

Cuando decimos que ciencia y arte a menudo se asemejan, lo hacemos desde el convencimiento que ambos requieren del poder creativo del intelecto humano. En palabras de Leonardo DaVinci (1452-1519): “L`’arte e cosa mentale”.

Autorretrato de DaVinci, 1512

No es difícil hallar casos donde el arte da lugar a la Ciencia y viceversa. Podríamos citar la pintura y la escultura, por ejemplo como expresiones artísticas innegables y que con los años dieron lugar al nacimiento de la Ciencia del Arte. El arte de la construcción culminó en el conocimiento pormenorizado de los porqué de las ventajas de ciertas estructuras o ciertos materiales por sobre otros abriendo el camino a la Ingeniería civil o la ciencia de la construcción, el curanderismo dio lugar a las ciencias médicas y la alquimia a las ciencias químicas, etc.

Ahora bien todas estas ciencias enuncian teorías y éstas pertenecerán al empirismo científico, solo si aparece la contradicción con experiencias posibles, es decir, que dichas teorías sean falseables por medio de la experiencia. Reconocemos que esto en sí mismo alberga sus propios problemas, pero no me voy a detener en ello.

El Karate Do tiene una nutrida historia, un desarrollo, leyes propias que lo regulan, lenguaje, método, evolución y ha transitado, como tantas otras ciencias actuales (sino todas), la leyenda, la mística, el pragmatismo (al menos desde el punto de vista de Peirce, Dewey, James y Bain) y ahora: el saber científico.

En el ambiente del Karate Do, es fácil llegar a un acuerdo sobre los puntos que menciono en mi Tesis de grado (obra citada), pues todo lo expuesto es bien conocido. Mi trabajo fue, en primera instancia, enumerarlo ordenadamente de acuerdo a observaciones.

¡Cuidado! no digo que la mera práctica del karate hará de aquel que lo practique un científico. No es Médico aquel que sana a través de la imposición de manos, ya sea a través de curanderismos alternativos de dudoso origen o “religiones a la deriva”, mucho menos lo será aquel que recomienda tomarse una aspirina. Médico es quien habiendo cumplido con las curriculas universitarias adecuadas se dedica de lleno al cumplimiento del juramento de Hipócrates. Sin embargo, esto por sí sólo, no lo transforma en un científico, pues quien repite formulaciones ajenas sin esperar resultados novedosos no está haciendo CIENCIA, solo completa modelos que ya han sido probados con cierto éxito. Recuerden: toda ciencia comienza con una pregunta (problema), un intento de respuesta (solución) y la posibilidad de corroboración (falsación).

Del mismo modo la consagración de la Ciencia del Karate Do será solo para aquellos que estén dispuestos a practicarlas y estudiarlas “…con un profundo sentido de búsqueda y de criterio abierto… dispuestos a poner a prueba sus opiniones personales a través de fundamentos plausibles de corroboración.”

Esto excluye a la mayoría de los practicantes e instructores poco dispuestos a dedicarle un considerable tiempo a la capacitación, al estudio, al debate, a aceptar la falibilidad o como diría Popper, a la “falsación” de su accionar.

Una Nueva Ciencia

Cuando decimos que podemos considerar el nacimiento de una nueva ciencia que cumple con los tres requisitos básicos: lenguaje, método y objeto de estudio, que surgió de la necesidad de defenderse pero rápidamente se volvió Arte, y luego, en los albores del Siglo XXI, saber científico, lo circunscribimos a aquellos que están dispuestos a corroborar a su saber, es decir esperar comprobación de las teorías enunciadas.

En nuestro planteamiento kantiano:

La idea de verdad queda de manifiesto en que el Karate Do existe como desarrollo humano.

La idea de contenido lógico es la masa deductiva de una teoría, es decir la cantidad de proposiciones que se pueden deducir lógicamente a partir de dicha teoría. En La Categoría Científica de las Artes de Combate”, se enumeran al menos una ley general, 5 principios y varias proposiciones que identifican el Karate Do como objeto de estudio.

Por último, la aproximación a la verdad es aquello que nos advierte de la capacidad de falseabilidad.

En nuestro caso: ¿es posible hacer Karate Do sin cumplir algunos de los principios enunciados en la Tesis? SI, es posible. Es posible hacer Ciencia del Karate Do sin cumplir con alguno de ellos? Definitivamente NO.

Esta suposición por sí sola hace de nuestra teoría algo falseable y por lo tanto resuelve el ciclo del saber científico:

  1. Planteo de la problemática
  2. Razonamiento de las Soluciones
  3. Verificación de Resultados o posibilidades de ocurrencia,

La Ciencia del Budo

Karate Do es el sistema de combate sin armas originario de la isla de Okinawa. La Ciencia del Karate Do no atenta contra la falsación de este enunciado y si bien esto por sí solo no la justifica, en conjunción con el cumplimiento del esquema de Karl Popper, la existencia de método, sistematización, leyes rectoras, etc, nos permiten presuponer su existencia y enunciarla:

Existe una Ciencia del Karate Do o Budología que pertenece al espectro de las ciencias sociales y naturales y se ocupa del estudio objetivo, racional, generalizado, sistemático y falible de todas sus características: mecánicas, fisiológicas, psicológicas, culturales e históricas.

Como actividad física, nació de la violencia social, pero su evolución lo transformó en ARTE, en DEPORTE y ahora, bajo esta nueva visión cosmológica, en CIENCIA.

Creemos que podemos hablar del nacimiento de una CIENCIA del KARATE DO desde el momento que entendemos esta práctica como el tratamiento razonado, discutido, teorizado y probado de los saberes pragmáticos y empíricos del Budo.

Espero nadie malentienda la vehemencia con la que defiendo mi planteo. Mi Tesis es un trabajo de investigación exploratoria, y se salvaguarda con fundamentos férreos y conocimiento del caso, no ataca a otros saberes multidisciplinarios, solo propone el nacimiento de un nuevo saber científico vinculado al Karate Do al que llamo Budología.

Soy un realista confeso, que no siente empacho en afirmar que con la ciencia se alcanza la única forma de conocimiento objetivo que vale la pena considerar seriamente y que está muy lejos de ser esa sencilla “construcción social” que plantean los del grupo de Edimburgo. Acepto por otro lado, que es bueno avivar el debate, suscitar la crítica, denunciar los abusos y desenmascarar los fraudes, pero nunca desde la base de condenas inapelables, sino desde la modestia que permite escuchar las críticas adversas.

Lic. Pablo Eduardo Scurzi
Bibliografía

Anthony Freeman, Journal of Consciousness Studies

Clifford A. Pickover, La maravilla de los Números

Guthrie, W. K. G. (1990). Historia de la Filosofía Griega IV. Gredos. Madrid

Hempel, Carl G. Aspects of Scientific Explanation and other Essays in the Philosophy of Science

Karl Popper, La responsabilidad de Vivir

Platón (1997). La República. CEPC. Madrid.

Scurzi, Pablo, La Categoría Científica de las Artes de Combate”, Pablo Eduardo Scurzi, Tesis de Grado, Facultad de Motricidad Humana y Deporte UAI, 2008).

S. Ramachandran, 8 leyes de la experiencia artística.